Cuenta una antigua leyenda Náhuatl que si susurras tus deseos a una mariposa y la dejas volar en libertad, se elevará por el cielo hasta encontrar la morada de los dioses y tus sueños se harán realidad.
En verano las mariposas revolotean por los jardines. Silenciosas, agitan sus alas ligeras y bailan con las flores los valses más elegantes. Han llegado sin apenas darnos cuenta y se han colado en los escaparates y en nuestros armarios llenándolos de alegría, de belleza y de color. Están por todas partes, decoran vestidos y camisetas, aletean entre nuestro pelo con diademas, prendedores y tocados. Llevan un soplo de aire fresco a todos los complementos: monederos, sandalias, sortijas, collares, brazaletes… Sin duda, el efecto mariposa nos ha cautivado.
Románticas guirnaldas de mariposas rosas y diferentes tamaños se reúnen en torno al espectacular collar babero de Paca Peca, salvo esa rebelde que ha volado hasta una diadema del mismo color y textura. En los tocados de Monic mezclan sus alas con perlas, bordados y piedras preciosas obteniendo un resultado elegante y sofisticado. El toque naïf e inocente se dibuja en el vestido azul de Titis Clothing… ¿Y los bolsos? Seguro que en ellos se esconden sus más íntimos secretos.