El imperio de la moda italiano Salvatore Ferragamo, es sinónimo de elegancia, excelencia y lujo. Florencia es la sede de la compañía que genera 1.300 millones de euros en ventas anuales y tiene mas de 620 filiales en todo el mundo.
Al mando de este emporio familiar se encuentra desde 1960 Wanda Ferragamo, la viuda de Salvatore. Desde la repentina muerte del fundador de la compañía, su viuda con 38 años y seis hijos pequeños, tuvo que hacerse cargo de la empresa.
De ama de casa paso a convertirse en alta ejecutiva. Su carrera fue y es tan impresionante como el ascenso de su marido. La matriarca continúa yendo todos los días a las oficinas de Ferragamo, sábados incluidos.
Wanda Ferragamo en la actualidad tiene 93 años, seis hijos, 22 nietos e innumerables bisnietos y junto a su hijo mayor Ferruccio dirige un imperio cuyo nombre es sinónimo de lujo en todo el mundo.
Salvatore Ferragamo, nació en el año 1898, era un niño con una gran debilidad por los zapatos. Su primer par lo fabrico a la edad de nueve años y los utilizó su hermana el día de su confirmación.
El joven Salvatore Ferragamo aprendió el oficio y abrió una pequeña tienda. A partir de entonces dio comienzo la carrera de cuento de hadas del zapatero italiano. Emigró a Boston en 1914. En Estados Unidos su hermano trabajaba en una fábrica de zapatos pero Salvatore lo convenció para trasladarse a la soleada California, primero a Santa Bárbara y después a Hollywood.
La industria del cine que se encontraba en expansión parecía haber estado esperando al joven zapatero y a sus diseños. A principios de los años 20 del siglo pasado, abrió una boutique en Hollywood donde fabricaba zapatos personalizados, y las estrellas de cine como Greta Garbo, Gloria Swanson, Mary Pickford o Marlene Dietrich eran sus clientes y utilizaban su calzado delante de la cámaras.
Los modelos de Ferragamo no sólo eran bonitos, sino que también eran extremadamente cómodos ahí nació el mito del ‘elegante calzado italiano’. Grandes directores de cine como Cecil B. DeMille o DW Griffith incluían los zapatos de Ferragamo en sus películas.
En los años 50 Ferragamo diseñó para Audrey Hepburn las mundialmente famosas bailarinas, un hito de la moda. Otro hito en la historia del calzado de mujer, son los Ferragamo de tacones altos. Una de sus creaciones más famosas fueron los que realizó para Marilyn Monroe, con tacones de once pulgadas.
El hecho de que a pesar de los altos tacones fueran zapatos muy cómodos, fue una innovación en el mundo del calzado. Ferragamo utilizaba un muelle de acero para el apoyo del arco entre la suela y el talón, otros fabricantes siguieron; Salvatore Ferragamo estudió para ello un curso de anatomía en la Universidad del Sur de California.
El diseñador italiano decidió posteriormente establecerse nuevamente en Florencia y compró el Palazzo Spini Ferroni de 700 años de antigüedad, muy cerca del Ponte Vecchio sobre el río Arno.
Cuando Salvatore Ferragamo muere repentinamente en 1960, deja 350 patentes a sus herederos. La compañía producía únicamente 80 pares de zapatos al día. Su viuda Wanda, fue capaz de construir en los años posteriores una multinacional del lujo. En 1995, se abrió en el Palazzo Spini Ferroni de Florencia, el Museo Salvatore Ferragamo.