El próximo 5 de agosto habrán pasado 50 años desde el día en el que Marilyn parara el mundo y se bajara, entre barbitúricos y misterio, en la que era su última estación. Pero ésto es hoy, probablemente, lo de menos; lo de más es que, pasados esos 50 años, su nombre, imagen y sentencias siguen acudiendo raudas a nuestra mente cuando hablamos de sex symbols; y es que bellezas ha habido y habrá, pero que además tengan ese 'algo' que tenía la Monroe más allá de su teñida cabellera, ceñida cintura y esculturales piernas... quizá no, no tantas, al menos.
Como símbolo e incono de una época y de un estilo de mujer, hemos visto su imagen de mil formas y maneras en otros tantos lugares salvo, quizá, en unas zapatillas... hasta ahora que Seishi Tanaka la lleva a unas.
Rubia, porque así las prefieren los caballeros, no habría dudado ni un instante en pintarse en unas zapatillas al descubrir que la tentación también vive abajo; porque Marilyn era así, una bonne vivant por convicción, muy de dar un giro y media vuelta, de bajarse en la siguiente estación si la ruta del momento no la hacía sentirse feliz.
En dos colores, amarillo o beige, y sobre piel vuelta, Tanaka inmortaliza el rostro de Marilyn en una versión antes imaginada por Warhol y en unas zapatillas tipo botín con las que pisarás con fuerza, estilo y sensualidad... además de mirar bien donde plantas tu sexy pie antes de dar un paso.