Calzado

Reebok: un clásico eternamente joven

Treinta años después de los vídeos de fitness de Jane Fonda y las primeras working girls de Hollywood, las Classic Leather y Freestyle siguen pisando las calles

Uno no se convierte en clásico sin antes haber sobrepasado la barrera del mainstream. Algo así como que el mismísimo presidente de Estados Unidos suba a su Instagram fotos con el "clásico" en cuestión o que Hollywood te cuele en sus escenas top. Esto mismo (con algún que otro matiz) le sucedió a Reebok allá por los ochenta, cuando el mundo se debatía entre este-oeste y Jane Fonda movía las caderas en las teles de medio mundo. A principios de esta década prodigiosa -pocas nos han dado tantos buenos titulares como ella- una huelga de transporte hizo que las neoyorquinas trabajadoras decidiesen cambiar sus stilettos por zapatillas de deporte en sus outfits diarios. Para muchos aquel fue el comienzo del actual street style, al que rápidamente se apuntó Reebok con dos de sus modelos más vendidos: Classic Leather y Freestyle.

A su expansión ayudaron Flashdance, el boom del fitness, los calentadores y Melanie Griffith en "Working Girl". Un auténtico "what a feeling" que trasladó a las calles unas zapatillas que, más de treinta años después, continúan en nuestros armarios dispuestas a hacernos más llevaderos los lunes de jeans y jérseis de cashmere. Del blanco impoluto la marca ha pasado a los tonos block, como el rojo cereza, el violeta o el azul denim, con los que temporada tras temporada pretende aportar la nota de color a nuestros casual styles.

Comodidad, versatilidad y piel son las tres características principales de estas sneakers que, con los años, han dejado de centrarse exclusivamente en el público femenino inicial para convertirse en un producto unisex apto para todo aquel que esté dispuesto a sumarse a la comodidad absoluta sin restricciones.

 

Subamos el volumen para escuchar a Irene Cara y su "What a Feeling". Es hora de calzarse unas Reebok y seguir haciendo historia.