Calzado

Un zapatero, el zapatero

Exérez es la mejor zapatería de Madrid, tres generaciones de auténticos zapateros de raza lo avalan.

El Mercado de la Paz tiene cuatro entradas, decenas de establecimientos con solera y calidad. Entrar y caminarlo es como participar en unos Juegos Olímpicos de saludos, uno hace la compra en varias compras y termina hablando con una abuela que entrena la amistad en la búsqueda del puesto que no encuentra.

Arriesgo con frecuencia perder una hora aunque vaya con prisa para compartir charla de cliente y amigo con Ramón Exérez, el mejor zapatero de España. Los Exérez son zapateros de tres generaciones y Ramón mantiene la llama de la tradición, tras la gran depresión, en un local estrecho y modesto donde te compras un par de primera o te repasan la suela o los tacones mientras te compras una crema que da brillo o unos cordones coloridos que te arreglan la vista en el calzado.

Ramón Exérez es un tipo aseado, inmenso, un yonqui de la zapatería y la elegancia, sin matices. No se adorna, pero sabe de zapatos, de camisas y de cualquier prensa que sea buena. Te birla el tiempo y tiene estampa de clásico. Podría ser un escritor, un dandy, un forajido o un boxeador. Pero es un maestro de esgrima metido al trance de repasarte el calzado, o calzarte el zapato, con raza de experto y dentro lleva a un tipazo con el corazón que se le sale de la caja.

Frecuento el Mercado, y frecuento la modesta y solvente zapatería de Ramón Exérez, que mientras me arregla los botines compone palabras como un compendio de un viajero. Es una enciclopedia de la vidas y conoce a todo el mundo. Te extravías con Ramón en historias apasionantes y ves a su hermana y a su empleado de toda la vida, encajados en el puesto estrecho, rodeados del calzado que espera a su dueño, trabajando con herramientas de tradición, repasando con mimo de profesionales y demostrándote al mostrarte lo que han arreglado cuantas veces quien te ha vendido el par muy caro te la ha metido doblada y has pagado un precio por una marca, pero no lo vale.

Exérez es la mejor zapatería de Madrid. No es barata, porque el trabajo manual merece un respeto, y hay que pagarlo, pero sus reparaciones no te salen caras, porque perduran como solo lo hace el trabajo bien hecho. Y si le compras un par, te dura toda la vida. Y tiene curiosidades. Y te encuentras a Ramón, inmenso, formidable, que igual está clavando un clavo que sacando lustre a una piel curtida. Y que nunca te niega un abrazo de artesano que no se improvisa. El zapatero es el alma del Mercado de la Paz, donde todos le respetan, porque saben que es bueno, de toda la vida. Como zapatero, sí, pero sobre todo como persona al que la vida no le ha hecho aún justicia. Pero nos queda mucho. Mucho mercado, y mucha vida.

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