"Y Dios.. creó a la mujer" (1956) de Roger Vadim, con Jean-Louis Trintignant, catapultó a la jovencísima modelo francesa Brigitte Bardot a la fama y la convertiría en el símbolo sexual y mito erótico de finales de finales de los 50 y los 60. Bardot había conocido a Vadim cuando ella aún era adolescente y se habían casado con su mayoría de edad. Durante la grabación de la película las desavenencias les llevan a la separación y ella se va a vivir con Trintignant.
En 1959 se vuelve a casar, esta vez con el actor francés Jacques Charrier, y no duda en vestir un traje de su amigo el modisto Charles-Henri Martin, fundador de la marca Jacques Esterel en la que comenzaron diseñadores como Jean Paul Gaultier o Marion Lesage. El vestido estaba a propósito confeccionado con una tela que se utilizaba para paños de cocina, servilletas y manteles de campo, una tela de algodón con un estampado de pequeños cuadros rosas y blancos, un tejido que el diseñador había elegido precisamente por pasado de moda. Ese tejido era el vichy rosa y esta boda lo popularizaría hasta nuestro días, convirtiéndolo en un recurrentemente en las colecciones de moda año tras año.
Escándalo tras escándalo, rompiendo norma tras norma, convencionalismo tras convencionalismo, Brigitte Bardot es símbolo del erotismo, si, y de la ruptura de las reglas, de las normas, de libertad y de una identidad segura e independiente. El mismo espíritu de estas zapatillas Lacoste, en vichy blanco-azul y blanco-rojo, para este verano, frescas, alegres, originales, y de estilo campestre, por aquello del cuadro de vichy de los manteles de campo. 65€.