Las calles han bailado a su ritmo desde tiempos tardíos mientras hombres y mujeres bajaban la mirada para apreciarlos con detalle y suspirar. Y quién no.
Zapatos. Altivos, planos, acharolados, clásicos y alocados, este año los hemos visto y calzado de un sinfín de formas, pero sin duda (si tenemos que elegir) estos han sido nuestros top shoes preferidos:
Los magníficos aires cabaret de Jerome Rousseau, los loafers años veinte de la Mary Jane de Pretty Ballerinas, las botas infinitas estilo mosquetero de Stuart Weitzman, los Oxford masculinos de Paul Smith -bajos y abotinados-, las nuevas Dr. Martens de sello underground y los coloridos y poperos Tod´s que nos recordaron al Warhol más pintoresco.
Gracias a todos ellos muchos hemos vuelto a buscar cometas en la noche, deseando que al despertar alguien nos dejase una sospechosa caja rectangular en la puerta. Deseos y ojalás que nos hacen cerrar este año con una lista de wishes de lo más quijotesca.