Miu Miu nos lleva del bolso al otoño en el cuerpo de Estella Boersma, que posa para el fotógrafo de moda Jamie Hawkesworth según y como ha ideado Giovanni Bianco, director creativo de la campaña.
El otoño nos da, cabe que por simple definición, cierta pereza; se trata de un tiempo que nos encamina a días breves y fríos alejándonos de un largo y cálido verano en el que nos sentíamos como en casa. Claro que hay otoños y otoños y, si hablamos del de Miu Miu, la cuestión de la pereza se ahoga entre matices bellos y sugerentes.
Y es que el otoño de Miu Miu es evocador y luce cierta pátina de nostalgia, el aire vintage se transmite a través de los tonos tanto de las prendas como de la propia campaña y el punto retro deslumbra sobre todo en los prints.
Otra cuestión que destaca en la última propuesta de Miu Miu es la contraposición constante, comenzando por las imágenes de la propia campaña, que son dobles, media imagen para un bodegón de producto y media más para Estella debidamente vestida y cumplimentada por la firma de moda italiana. Hasta aquí la dualidad más evidente, pero no la única porque la propia Estella, posando con sensual inocecia, encarna, en cada una de sus poses, tanto la belleza más inocente como la sensualidad más intensa.
Miu Miu es además un fiel reflejo de la dualidad en la que ha vestido su campaña; es la hermana menor de Prada y mantiene de la emblemática firma italiana la identidad de sus diseños así como la alta calidad en tejidos y manufactura, pero es al tiempo una firma juvenil y bella que dulcifica la sofisticación y la psicodelia de Prada. La cara y la cruz de una misma moneda, la inspiración perfecta para una campaña a doble cara y doble imagen, es el otoño de Miu Miu, todo un juego para dos.
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