A la firma alemana Hugo Boss le sonríe el 2015, han confirmado sus fantásticos resultados al cierre de 2014 –asunto éste que os hemos contado en nuestro Business Club- y las perspectivas para 2015 son prometedoras; a la vista de su campaña de primavera, nos atrevemos a decir incluso que son ya más que una promesa porque ¿cómo podremos resistirnos a unas propuestas tan tentadoras?
Caeremos en la tentación de Hugo, la división más básica, esencial y más propia de Hugo Boss, la que desnuda a la firma liberándola de todo artificio para vestirnos y complementarnos en una elegancia y estilo propios de la moda italiana que son, en realidad, la esencia alemana de Hugo Boss; una esencia que se mantiene, a pesar de los muchos avatares sufridos, viva desde su fundación en 1924, viva y con una salud inmejorable tras haberse rehecho tras una guerra mundial en el patio de su casa y acusaciones de todo color por su navegación en el tiempo en el que en Alemania imperaba el nazismo. Claro que aquello fue en otro tiempo, una etapa superada a la que siguió el desarrollo de una firma que es hoy referente mundial en el mundo de la moda y el estilo de vida.
La primavera de Hugo, y el verano que la sigue, es cálida, casi nos atreveríamos a decir que tórrida en los tonos que la envuelven; se trata de una paleta de tierras enrojecidos, un baile de arenas propios del desierto al caer el sol; en ese ambiente que tiende a ser asfixiante descubrimos tejidos suaves y vaporosos que nos visten sin causar peso ni molestia alguna sino protegiéndonos de ese sol y ese calor de justicia y, para complementar el atuendo con estilo, elegancia y frescura, descubrimos bolsos y sandalias en todos blancos y azules suaves, refrescantes siempre y siempre apetecibles.
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