Buscamos siempre en los grandes creativos de la moda las tendencias de temporada, lo que se va a llevar y calzar y lo que es mejor lanzar al fondo del armario donde ni tan siquiera puedas verlo ni tener la tentación de usarlo pero, en realidad, no son los grandes modistos los que disponen de nuestro vestuario, en realidad ellos sólo proponen, lo de disponer es cosa nuestra y de quienes hacen de la moda tendencia, gentes que pisan alfombra roja, momento en el que lo que han decidido lucir es centro y foco de atenciones y miradas y, de ese minuto en adelante, la moda que se lleva.
Por eso creativos como Jimmy Choo se confabulan con pies de alfombra roja como los de Kate Hudson para mostrar, de sus propuestas de temporada, esas por las que ella apuesta como estelares, de éxito seguro allá donde las lleves.
El ballet forma parte de la inspiración en la que nace la colección de otoño e invierno de Jimmy Choo y es precisamente ahí, en la danza, donde se encuentra con Kate y ésta, cual Cenicienta del S.XXI, le cede su pie, ambos, para dar empeine a los zapatos más bellos del próximo otoño.
La Hudson, que dice vestirse como se siente, reconoce que la comodidad forma parte de los irrenunciables de un zapato pero, de ahí en adelante, se pierde por lo vintage, más si es de evocación setentera y por eso el vestido de tul -tan elegante y sofisticado, tan bello, romántico, de cuento y, según la propia Hudson, propio de Oscar de la Renta- la conquista de la falta a los zapatos porque el par que Jimmy Choo sugiere para ese conjunto envuelve la seducción con un lazo alrededor del tobillo y la eleva bien alta sobre un tacón fino en unos salones de punta afilada.
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