Quien no conozca la historia de la firma podría pensar que es una aventura en la que se embarca Johan Cruyff tras acabar su periodo como entrenador de éxito, pero no es así. En 1979, con ayuda del diseñador Emilio Lazzarinni, fue cuando el histórico futbolista holandés se aventuró a lanzar esta marca que hoy se ha convertido en toda una empresa familiar, con diseños elegantes y en los que se ve la mano del deportista.
Con una tienda en pleno barrio del Borne de Barcelona, junto al Mercado, y que también hace las veces de museo de la leyenda barcelonista, sus zapatillas y prendas marcan tendencia entre aquellos a los que les gusta vestir deportivos pero, al mismo tiempo, muy urbanos y con piezas que no se verán por todos lados.
Su última colección es una cápsula llamada Tiki Taka, como el estilo de juego que hizo famoso Cruyff durante su etapa de entrenador del Fútbol Club Barcelona y con el que ganó la primera Copa de Europa del club en Wembley. Se compone de un par de zapatillas deportivas de calle y un balón, a juego. Ambos en un elegante color negro que se engalana con remates y detalles en dorado.
La pelota es de pequeñas dimensiones, pensada para los fanáticos y los coleccionistas del mundo del fútbol. Pero eso no quiere decir que esté solo de exposición. Honza Weber, campeón de 'freestyle footbag', se encargó durante la presentación de la línea de demostrar que se pueden hacer todo tipo de cabriolas con ellas. Calzaba las nuevas zapatillas, con un diseño acolchado y que recuerda a las de fútbol de estilo vintage.
Ambas piezas se encuentran ya a la venta en la boutique de la firma, junto a una colección de prendas y calzado multimarca, además de los que diseña la propia familia Cruyff.
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