Tras la melancolía del otoño y el rudo invierno, tras la primavera que anticipa lo bueno antojándose a veces larga e inestable en exceso, el verano ha hecho acto de presencia y se quedará con nosotros tres deliciosos meses.
Cabe que sean los meses más bellos del año por su luz y su calidez, también porque saben a vacaciones y se visten de mar, pisamos más calle que nunca, ya sea en la ciudad, en el campo o junto al mar, el caso es que el dulce hogar se convierte en lugar de paso que espera invierno para acogernos.
Y mientras tanto nosotros lucimos palmito y moreno por doquier, el asunto del vestir es cosa fácil porque no salimos de los shorts y los tirantes o los vestidos que muestran un punto más de elegancia, dejamos así a los complementos el toque final de nuestro atuendo y, para no equivocarnos, para lucir siempre perfectas de mano de una de las firmas que más y mejor complementa, nos vamos a Uterqüe.
Nos encantan sus clutch cuadrados, dorados y brillantes a juego con las sandalias de piel de tacón fácil y detalles en oro, nos perdemos por sus pañuelos, tan sugerentes y favorecedores; no renunciamos a los flecos que por algo son tendencia este verano, ni tampoco a unos cómodos mocasines porque para echar el verano a andar no todo puede ser tacón alto por más que éste nos seduzca; y las gafas... ¿qué es un outfit de verano sin sus gafas de sol? ¿qué somos nosotras sin ese alarde de misterio que lucimos siempre tras los cristales tintados?
Y ahora que lo tenemos todo podemos hacer la maleta y marcharnos al verano, a ganar color y risa, a relajar el gesto y disfrutar la vida porque, aunque todas las estaciones tengan su encanto, su tiempo y sus cosas, a nosotros el verano nos tiene a sus pies tanto como Uterqüe a sus complementos.
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