Hace 55 millones de años, los cocodrilos ya campaban a sus anchas sobre la faz de la tierra, con especial protagonismo en el Egipto de los faraones, y actualmente en los hábitats más tropicales.
Fieros ellos y con una piel muy codiciada, llegaron al mundo de la moda gracias al ingenio del tenista francés René Lacoste, apodado Crocodile después de una historia de apuestas, y una bolsa hecha de piel de cocodrilo.
Desde ese momento el temido reptil abandonó su trópico natal para recorrer durante los 70 y los 80, el mundo sobre la pechera de millones de polos de piqué. Porque al principio esa fue la prenda estrella de la compañía de Monsieur Lacoste.
Pero a la ropa le siguieron los relojes, los perfumes, las maletas y el calzado. Deportivo. Muy deportivo en sus inicios, y ahora mucho más pensado para la vida en la urbe.
De ahí que su última colección otoño/invierno 2012 además de con deportivas, también cuente con una amplísima colección de botas, botines, bailarinas, cuñas, mocasines y patucos.
Viendo esta amplia selección de calzado que piensa en todo y en todos, no es difícil imaginar que el famoso cocodrilo haya encontrado en el invierno la horma de su zapato. Mucha piel, mucho punto, tela y algo de pelo. Colores intensos y los míticos negro y marrón, que son valor seguro en estas épocas del año.
Ahora sólo nos queda unirnos al unconvencional chic de la firma francesa, poner un poco de rock and roll y decir aquello de “see you later, alligator”, que en unos meses disfrutaremos estando en tus zapatos.
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