No es sólo la calidad, los materiales, la piel, su aspecto. No son sólo tampoco los pequeños y cuidadísimos detalles del diseño, los ribetes y bordes de color, las costuras. Picuadro es siempre un todo que comienza y termina en la función, innovando, ofreciendo mil y una posibilidades, diferentes, sorprendentes. Y por el camino, todo lo demás, la elegancia, la belleza. Por eso un Picuadro es siempre un Picuadro y se ve, se identifica, se sabe.
Básicamente son espaciosos, cómodos, funcionales, resistentes, pensado para los fines de semana o los viajes de trabajo, para los pequeños viajes y las mil cosas que se llevan encima, para la agenda, el portátil, la cartera de las mil tarjetas que nunca quieres tirar, el móvil, el moedero, los juegos de llaves, los cosméticos indispensables, una chaquetilla, el neceser y algunas mudas para un par de días. En canvas claro y nobuk de búfalo, elegantes y de sport, lo que convierte estas bolsas en algo singular no es sólo que sean de Picuadro, es que su diseño es personalizable con algunas variaciones "tres pelambres, tres terminaciones, seis colores de hilo, tres colores de funda interior…" y además puedes bordar el nombre, una frase, lo que quieras para convertir este sartoria en un Picuadro único y sólo tuyo. Por que no es sólo que te guste como a mi un Picuadro, es que son magníficos.
Estos se añaden a los pocos que aún tiene la marca boloñesa -de Bologna, Italia- en su sartoria que permite comprar un bolso o cartera eligiendo y seleccionando todos y cada uno de los elementos y materiales que lo componen de entre varias opciones.
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