Lo primero que vestimos es la emoción que nos embarga, no importa los tejidos que elijamos para cubrirnos, es esa emoción íntima, ligada a nuestro ser y nuestra circunstancia, la que se desvela al mundo a través de nuestro rostro porque nuestra cara es, siempre, el espejo del alma. Prada sabe como nadie que sus colecciones de moda no son más que complementos de esa emoción que nos viste de veras y en su última campaña lo demuestra como nunca antes.
Prada ha decidido presentar sus bolsos como lo que son, complementos perfectos pero no de un outfit cualquiera, no de esta o aquella colección de moda sino de nuestro yo más íntimo y personal; tendemos a vestirnos como nos sentimos y también nos complementamos deacuerdo a nuestras emociones; es verdad que hay patrones básicos que todas conocemos y en los que nos sentimos cómodas porque sabemos que, en base a ellos, nunca equivocamos nuestro aspecto: tacón alto y color negro para los momentos de etiqueta, vestidos largos para las veladas especiales, cortos o con largo de cóctel para los eventos de mañana... Pero Prada no es una firma que se conforme con seguir los cánones establecidos, nosotras tampoco.
Prada no sólo busca que nos sintamos cómodas sin equivocar nuestro modo de vestir, busca algo más complejo y mas satisfactorio, mucho más delicioso... busca complementar el modo en que nos sentimos, hacer no sólo que nos veamos bien sino que nos sintamos mejor, que sea nuestra imagen la que nos devuelve el espejo y no la de un cuerpo que trata de ocultar lo que revela su rostro.
La nueva campaña de Prada, en la que presenta sus bolsos de otoño e invierno, incide en este camino que individualiza a cada mujer y le ofrece un bolso para cada emoción; y es que en Prada lo tienen claro, tenemos que vestirnos como somos, como nos sentimos... porque somos únicas y como tales hemos de mostrarnos al mundo, no como clones imperfectos de modelos imposibles.
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Willy Vanderperre es de nuevo el fotógrafo elegido por Prada para presentar su campaña y Kris Grikaite pone rostro y emoción a cada uno de los bolsos presentados en ella; se trata de una campaña de primeros planos contrapuestos: de un lado el bolso y junto a él un rostro y una emoción; sin duda, una magnífica colección de bodegones y retratos.
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