Hay dulzuras malditas, como la que canta Vetusta Morla. Y hay dulzuras benditas, como la sonrisa de Audrey Hepburn, los cupcakes de chocolate o las películas de Wes Anderson. Normalmente las dulzuras son de color pastel, por aquello de la asociación fácil, la de toda la vida. Es por esto que en cuanto vimos la nueva colección primavera-verano de Laura Guidi pensamos precisamente en eso: en pasteles, dulces y señoritas de los Hamptons perdidas en la vieja Europa, la del centro, la de las calles empedradas y los castillos de emperatrices.
Mucho de esto es lo que la diseñadora polaca transmite con sus colecciones, donde la feminidad no está en juego porque todo gira en torno a ella. La delicadeza, la elegancia y los tonos empolvados están presentes en todas las propuestas que la firma ha presentado esta temporada. Así hemos visto abrigos en rosa pastel decorados con finos cuellos joya, chaquetas de corte sartorial con cremalleras doradas y vestidos trapecio de estampado caleidoscópico. Líneas rectas, sutiles y atemporales que transmiten a un mismo tiempo frescura y juventud, haciendo de esta colección una propuesta versátil y perfecta para looks tanto diurnos como nocturnos.
Llegados a este punto, y con permiso de los Vetusta, toca decir aquello de “bendita dulzura la tuya”, modificando la letra con descaro del bueno, suponemos que fruto de la primavera y las alteraciones del plasma. Pues eso: dulcemente dulce, Laura Guidi.
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