Bolso interior, camel.
Bolsos

Bolso interior

Cambiar de bolso no es así ya una mudanza, es sólo un gesto rápido, sin pérdidas ni olvidos, sin despistes. Sin miedo.

Nos encanta cambiar de bolso… jugar con él como lo que es, un complemento indispensable e ineludible, a juego con los zapatos o en contraste con ellos, de acuerdo con la formalidad o casualidad de nuestro atuendo, discreto o llamativo en función de las telas que nos cubran, en bandolera, al hombro o de mano, según y cómo sean los planes del día… y siempre útil.

Siempre dando lugar y cabida a nuestros tesoros y secretos porque, más allá del smartphone y la cartera, ahí guardamos nuestras armas más valiosa; el pequeño frasco de perfume con esa esencia especial que encanta y enamora, con la que llamamos a atención al despiste y sin cuidado; el gloss rojo intenso de unos labios que provocan, la sombra en lápiz que viste de sensual misterio la mirada y por su puesto el color de la piel, esos polvos que no y nunca pueden faltar, el aceite en crema de tus manos, un minúsculo peine y un espejo no más grande, los clínex, un bolígrafo y una pequeña libreta, tus tarjetas, algún detalle inconfesable… e incluso más porque no importa lo grande o pequeño que sea el bolso, todo tiene cabida en él, o casi.

Pero entre tanta vida en tan poco espacio, inevitablemente  sucede; echas la mano al bolso y falta algo, algo que es, porque somos así de oportunas, lo único que no debiera faltar en ese preciso instante y momento. Y te enfadas contigo, con el mundo y con tu bolso…

O así era hasta alguien, en un guiño a la utilidad, ideó el bolso interior; el de Uterqüe nos parece además, de puro sencillo y práctico, bello.

En colores neutros, del blanco al marrón chocolate y negro pasando por un visón que nos parece de lo más funcional; de tamaño medio, 24,5 x 9 x 18cm, dismpone de compartimento para el móvil y bolsillos interiores y exteriores para el perfecto acomodo de tus tesoros, con ajuste tipo bombonera para que puedas adaptarlo al ser de cada bolso.

Cambiar de bolso no es así ya una mudanza, es sólo un gesto rápido, sin pérdidas ni olvidos, sin despistes. Sin miedo.

Y, por cierto, 19,95€ en uterque.com

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