Tal vez, más que un concepto sea un sacudón optimista de realidad. Tal vez, se trate sólo de eso, de recordarte que debes sonreír y que no valen las muecas tímidas que engañarían a tu propio reflejo, pero no a tus amigos de verdad. Sonríe para ver más. Sonríe para que las cosas sucedan. Sonríe mirando la Smile TV.
Y aquí, hasta me lo imagino a Batman dándole esa viralizada bofetada al pobre Robin que ha sido víctima de miles de bromas inconexas. ¡Sonríe!, ¡Plafff!
La Smile TV es una tele que funciona sólo si sonríes. Cuanto más plena sea tu sonrisa, mejor calidad de transmisión tendrás y así podrás disfrutar de unos clips de programas antiguos, de esas comedias costumbristas americanas que servían para olvidarse de la realidad de aquellos días. Así que tampoco es que la Smile TV te obligue ostentar dientes sádicamente para ver las noticias. No. Boba, sí… pero no mala.
El secreto del aparatito es un sensor facial (como el que ya traen muchas cámaras fotográficas y hasta el mismísimo Facebook) oculto en su frente. Para David Hedberg, su creador, era importante que nada distrajera la experiencia de mirar la tele. Así que le dio un aspecto muy retro a su exterior y ocultó la cámara capta-sonrisas debajo de la frase “Sonríe para mirar” (Smile to watch), sin más botones ni perillas.
Por ahora, la Smile TV es sólo un concepto presentado en el salón del Royal College of Art (Reino Unido). Su intención era demostrar que los objetos pueden modificarnos y que nosotros mismos también los cambiamos utilizándolos según nuestras necesidades. Tenemos un lazo emocional con lo que nos pertenece y ellos nos transforman, de alguna manera.
Claro que tanto ejercicio para nuestro risorio de santorini tal vez haga que nos brote el positivismo repentino en un día en que la felicidad de los otros nos revuelve el estómago. Tal vez no necesites ser feliz para verla, tal vez, verla sea lo que te hace feliz. Y a veces eso, es todo lo que necesitas.
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