No, antes de contestar piensa en que en las manos de un artista puede que nada de lo que veas sea lo que crees ver. Lo evidente es evidente, una moto es, una moto muy especial, única, con un diseño fascinante producto del saber hacer y de la creatividad del artista y constructor de motos japonés Chicara Nagata, una celebridad y un mito por su trabajo de una vida, por su pasión y creatividad, por su trabajo artesanal y delicado, muy al modo japonés, y por el fruto de todo esto.
Pero esta moto es una vuelta de tuerca, un paso adelante o hacia cualquier parte, una distancia con cualquier otra motocicleta conocida, con una inspiración retro, desde luego, pero con un resultado futurista y genial, la obra de un genio que se enfrentaba a un reto singular: hacer una cámara de vigilancia que no se hubiera visto nunca antes. Un encargo de la Japan Security System Co.
Sí, es una cámara de vigilancia montada sobre una Little Honda p25 del 66 de cuatro cilindros; una cámara de vigilancia de 49cc que desarrolla sólo 30km/h. O una moto que monta en el frontal una cámara de cuatro visores Full HD con autofocus, sensor Sony 1/2’8’’ y 2 Megapíxels a 1920x1080px. Es ambas cosas, y por eso es única.
Pero también es única por su diseño, por lo sorprendente de su diseño, por su belleza, elegancia y sencillez, por las soluciones creativas y por el trabajo de Chicara que normalmente dedica unas 8.000 horas a la producción de una de sus motos para las que fabrica personalmente la mayoría de sus componentes. Un trabajo duro y dedicado de cuyo resultado es esta pieza digna de museo.
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