'Desde que hay teléfonos móviles, en cualquier esquina te cuentan una historia' dijo mi madre a pie de AVE tras hacerse las dos horas y media escuchando las conversaciones de aquellos que obvian el mensaje de 'por favor, utilicen las plataformas para hablar por teléfono' y utilizan el viaje para hablar con cariñito, o con sus empleados, para mandar, organizar y fijar citas, para contar las últimas novedades a su amigo, y a todo el vagón.
Porque debe ser que cuando uno habla por teléfono, al amparo del brazo plegado y protegidos por el codo, se siente uno al resguardo que encontrábamos en aquellas cabinas que me decía el otro día una amiga ya su hija ni sabía lo que son. Y no es cómodo, no lo es, la conversación luciendo smartphone con el brazo en alto -en el siguiente paso evolutivo nos acercaremos al aspecto del cangrejo violinista-, ni muy cómodos son los headset, ni habíamos encontrado hasta ahora uno que pudiera gustarnos -peso y estética- hasta que Nendo, nuestro estudio de diseño de cabecera, ha creado éstos para Logitec, que podrían perfectamente haber salido de los estudios de diseño de Apple en California pero no.
La idea, la más sencilla, un pequeño tubito de aluminio anodizado en varios colores en el que va toda la 'maquinaria' y que a tiempo y desgaste adquiere una singular personalidad, un clip para engancharlos en cualquier bolsillo, y el auricular. Pesa apenas 8 gramos y mide 12,7cm con un diámetro de 33 milímetros, se alimenta con un microusb y se conecta a tu smartphone por bluetooh, of course. Para hablar, pero con clase.
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