Dijo que había pensado en cada detalle. Que ella tocaría el timbre y luego de coger su bolso y darle el beso, subirían a la terraza. Que el atardecer caería justo con el aperitivo, que cuando el cielo estuviera de un rojo violáceo furioso iba a servir el entrante. Algo fresco y liviano. Charla amena, unas risas y que cuando los besos apasionados trataran de invadirlos, que sonaría una canción de esas que estuvo escogiendo durante la semana. Dijo que lo tenía todo planificado y que justo cuando estaba sucediendo tal cual lo imaginó, que el momento ese tan suave, tan relajado, tan romántico y divertido se quebraba con el altavoz. Buscó uno portátil, pero su plástico aportaba una sensación como de artificialidad y el de metal, pues que hacía perder sensibilidad a su canción y que los cables atravesando la terraza tampoco quedaban bien. Y que claro, él es diseñador, y esos detalles hacen interferencia. Y que lo perfecto debe serlo hasta el final y, claro, con un poco de patosidad siguió su noche mágica muy bien, pero que la mosca comenzó a zumbar en su cabeza y así nació el altavoz Pelty.
Es un difusor de sonidos inalámbrico que se conecta vía Bluetooth a tus dispositivos como smartphones y tablets. Todo muy normalito, hasta que la vela se enciende y comienza la música.
Sí, es como una cena con sus velas, las canciones y esa escena perfecta en un mismo artilugio. Buen diseño, excelente sonido y materiales un más nobles, más sensibles.
Y hasta es un proyecto ecológico, si se quiere. Porque está hecho, de cerámica, vidrio y madera y el calor de la llama que todo lo hace posible. Sin necesidad de baterías y demás elementos eléctricos. Es música al calor de la vela.
El secreto es la diferencia térmica que provoca la vela que se convierte en el voltaje eléctrico necesario para que se active, es el llamado “efecto Peltier”. Además, es muy fácil de usar. Colocas la vela encendida y a los pocos segundos la magia surge.
Él se prometió esa noche de terraza perfecta, que un día repetiría la escena y sería aún más perfecta. Así fue que Edoardo y sus colegas Gianluca y Matteo trabajaron en la creación del altavoz Pelty, que está hecho a mano, en Italia. Un poco de innovación y una estética que crea una atmósfera muy íntima por la luz cálida que enciende la música que inunda el ambiente.
Confesiones a la luz de la vela, risas al calor de las canciones.