Aunque el artista antes llamado Prince amara su ciudad natal, Minneapolis, no era allí a donde iba cuando quería huir del mundanal ruido, aislarse y descansar, regalarse un tiempo de Caribe y sol o simplemente esconderse, es más, tampoco era allí donde tenía su propio camino de baldosas color púrpura (que no amarillas, como Dorothy y su mago de Oz); su particular purple way estaba en uno de los rincones más paradisíacos del mundo, uno en el que tenía su propia y espectacular mansión con piscina y playas privadas, en el archipiélago de Turks and Caicos.
La propiedad de la que hablamos es en sí misma un paraíso de belleza y privacidad, cuenta con dos playas privadas y su propio embarcadero, la casa está abierta al mar y se puede disfrutar de él prácticamente desde todos los rincones de la vivienda (una vivienda que cuenta con seis dormitorios, otros tantos baños y un aseo); tiene también una cancha de tenis, una piscina, una casa de huéspedes adicional y, como os desvelábamos al principio, un camino de aceso de color púrpura.
Sabemos que esta propiedad estuvo ya en el mercado hace aproximadamente dos años pero no se vendió, saldrá a subasta el próximo 12 de julio y lo hará sin vuelta atrás porque no hay precio de salida, la que fuera la casa de Prince en el paraíso de Turks & Caicos se venderá ese día al mejor postor y si quieres ser tú sólo debes registrarte para poder después presentar tu oferta; sólo hay dos cosas importantes que debes saber: deberás presentar un depósito de 100.000 dólares que recuperarás al 100% si finalmente no te haces con la propiedad y podrás también verla o incluso enviar algún asesor o experto inmobiliario a verla por ti por aquello de ajustar tu oferta lo máximo posible al valor de mercado de las casas en este paradisíaco rincón del mundo.
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