Hay firmas que son el resultado de una idea brillante, otras surgen tras una larga vida de dedicación y trabajo y algunas que se fundan por inconformismo. Este último es el caso de Diptyque, una marca cuya historia comenzó en París, en el 34 del boulevard Saint Germain, de la mano de tres amigos y artistas impulsados por una misma pasión
Los aromas de Diptyque tienen alma propia y también una personalidad que se adapta a gustos, tendencias y modas. La inspiración que da como resultado cada una de las creaciones de la firma suele provenir de la naturaleza y los viajes de sus creadores. Para la elaboración de las fragancias se utilizan aceites y esencias naturales y para sus velas perfumadas, la producción de la cera se realiza con una fórmula secreta y de manera totalmente artesanal.
Desde el etiquetado hasta el vertido de la cera o la colocación de la mecha, en Diptyque todo se cuida hasta el más mínimo detalle de manera manual, por eso sus productos resultan tan especiales. Este lujo exquisito se puede respirar entrando en el espacio pop up que la firma ha abierto del 25 de noviembre hasta el 5 de enero.
Con motivo de las fechas navideñas, aquellos que pasen por Santa Eulalia, no tendrán excusa para no disfrutar del universo Diptyque y sumergirse en sus velas y perfumes únicos. Esta tienda, con una historia cuyos orígenes se remontan al año 1843, cuando Domingo Taberner Prims abrió el primer espacio, es el lugar perfecto para contener toda la esencia de una marca tan singular. Actualmente se encuentra en el número 93 del Paseo de Gracia, en un espacio de 2.000 metros cuadrados.
Desde Marruecos a la Antigua Grecia, pasando por la Provenza o la Inglaterra medieval, cualquier viaje es posible si se cierran los ojos y se huele un aroma de Diptyque, sin necesidad de moverse de Barcelona.
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