El pasado 5 de noviembre abrió sus puertas en el Soho de Nueva York la segunda boutique Dior de la ciudad. Situada en uno de los barrios más emblemáticos del mundo de la moda, la nueva tienda trata de ser un contrapunto elegante a la que ya posee en la calle 57 de la Ciudad de los Rascacielos, en plena zona de compras de lujo. Es por ello que la que acaba de inaugurar sea más fresca y divertida, pero sin dejar de ser 'la maison', claro.
Peter Marino ha sido el responsable de llevar adelante el proyecto, creando un interior que quiere ser un concepto reinterpretado y modernizado de la boutique emblemática de la Avenue Montagne de París. El espacio se ha trabajado de modo que sea más limpio y sencillo, incluso se podría decir que con un toque juvenil y fresco, de ahí que se pueda incluso entroncar con cierta filosofía 'slow', al huir de barroquismos.
La atmósfera es la de un loft contemporáneo, femenino y glamouroso para no perder un ápice de elegancia. "He tomado los iconos tradicionales de la firma, pero se muestran desde un punto de vista fresco, novedoso. Es una tienda completamente diferente, que contrasta con la principal de la Quinta Avenida", explica
Las colecciones de la Maison, del prêt-à-porter a la marroquinería, pasando por los zapatos, los accesorios y la relojería, destacan en un espacio que juega con grises y plateados para ir creando diferentes áreas.
La nueva boutique está decorada con muebles y obras firmadas por artistas de renombre del panorama actual. Así, una escultura suspendida de Larry Bell da la bienvenida a los visitantes desde la entrada. Es imposible no fijarse en un panel que revisita las molduras del nº 30 de la avenue Montaigne, creado por Anna Barribal; o en las mesas diseñadas por Paul Evans, Vincent Dubourg o Laurent Chauvat...
Un estreno diferente con la elegancia de siempre de Dior.
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