En uno de los barrios más prestigioso londinenses, Mayfair, conocido por sus tiendas de lujo es donde se encuentra Burlington Arcade, una de las galerías comerciales más elegantes de Londres, y es ese el lugar en el que Bell & Ross ha abierto su primera tienda en Londres. Un lugar perfecto para una marca que desde que fue fundada ha combinado la tradición, la elegancia y la alta tecnología relojera abra su primera tienda en esta emblemática ciudad.
La apertura de esta nueva tienda en el corazón de una de las capitales más dinámicas del mundo realza el hecho de que Bell & Ross da importancia a la expansión internacional, es el nuevo lugar que asienta a la marca en un ambiente personal y contemporáneo. Para ello se ha puesto un especial cuidado en los detalles, empezando por los tonos de la tienda, predominan el negro y beis, y no han sido escogidos al azar sino que es un una evocación al mundo de la aviación, la fachada de la tienda refleja la filosofía Bell & Ross con el negro haciendo referencia a los acabados de los paneles de mandos. Estos dos colores emblemáticos están incorporados a lo largo de la tienda: en el mármol, decorando la pared y las ventanas, en los elementos decorativos en oro y corian, y en las estructuras metálicas de las vitrinas, los toques de verde grisáceo evocan a los colores de la aviación militar junto con las fotos enmarcadas sobre la pared que reconstituye la historia de la empresa.
En la planta baja, la recepción y áreas de venta están unidas a los valores específicos de la marca, guiados a su vez por un principio funcionalista. El primer piso incluye espacios íntimos revestidos de madera de nogal y una lujosa alfombra negra en el suelo. La decoración del segundo piso tiene un carácter más funcional.
El lugar donde se encuentra la nueva tienda, Burlington Arcade, fue diseñado por el arquitecto Samuel Ward e inaugurado en 1819, refleja el entusiasmo de la era en la que se empezaron a construir pasajes con techo alrededor de las mejores tiendas para proteger del mal tiempo común en Londres. Con su techo de cristal, sus setenta y dos fachadas de caoba y sus bedeles, guardias privados ataviados con sombreros de copa, el espíritu de esta popular galería se ha mantenido intacto, fiel a su vocación inicial alojando únicamente tiendas elegantes e íntimas con una gran reputación. Sin duda el enclave perfecto para la nueva tienda de la firma, y la tienda en si un reflejo de la filosofía de Bell & Ross.