No es la primera aventura japonesa de Alexander McQueen, pero sí el estreno más importante que la firma británica haya realizado en el país asiático. Desde este mes, cuenta con una gran boutique en plena capital, que se suma a la tienda que ya abrió el año pasado sólo para accesorios. De este modo, la marca apuesta definitivamente por conquistar el corazón de los fashionistas nipones.
El lugar elegido para la nueva boutique es el barrio tokiota de Aoyama, al norte de uno de los distritos más conocidos por los amantes de las compras: Omotesando. Es también una zona cuajada de grandes firmas de lujo, pero si normalmente era el lugar de las 'segundas boutiques', después de que las grandes marcas abrieran en Ginza, en el caso de Alexander McQueen se ha querido cambiar el orden y que sea aquí el estreno y el epicentro de la expansión de la firma textil. Para ello, nada como 390 metros cuadrados divididos en dos plantas, con cuatro grandes ventanales (dos por planta) haciendo las veces de escaparates.
El diseño cúbico exterior permite ver la apuesta por los tonos blancos y dorados; y el espacio, minimalista y poco recargado, con el que Sarah Burton, directora creativa de la firma, ha querido presentarse en Japón. Lo ha hecho, además, de la mano del estudio de arquitectura David Collins, y sin renunciar a incluir símbolos en las paredes que rememoran la historia de la marca del fallecido modisto.
Una chaqueta de sastrería tradicional y el famoso zapato Armadillo, han sido grabados en molduras de yeso junto a motivos del mundo natural. Un guiño a Francis Bacon que presenta las colecciones de complementos y moda, tanto femeninas como masculinas, de forma que quede patente el lujo y la preciosidad de cada pieza.
El remate ha sido una escalera de una única pieza de mármol, una pieza de arte de Takeo Hanazawa y Takao Togasahi. ¿Quién se anima a subir por ella?
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7