Desde que descubrimos que el confinamiento no es una cosa de la Edad Media y que no solo el frío del invierno nos anima algún mes que otro del año a quedarnos en casa sino que pueden ser las cosas de la vida y de los virus las que nos encierren por decreto ley, miramos a las casas de otro modo; incluso los más callejeros, los que solo veían en ellas un lugar donde hacer posada y fonda, únicamente un pequeño descanso en su ajetreada vida, miran a las casas con más cariño porque, ya que no podemos evitar pasar en ellas más tiempo del que nos gustaría, lo mejor es elegir una que responda a nuestras necesidades ¿no crees?
Que sea grande, que tenga patio, jardín o terraza, piscina por supuesto y, si está en una zona un poco apartada (aunque no mucho), sería ideal para pasear sin restricciones... ¿transparente? ¿y si fuera transparente? dicho de otro modo ¿y si sus paredes fueran de cristal y, al estar ubicada en un paraje natural, tuvieras la sensación de vivir al aire libre casi literalmente? eso sí, con un interior al que no le falte comodidad, modernidad ni detalle. Interesante ¿no crees?.
Hay una casa así, una casa de cristal, está en Dallas y se vende por 7 millones 450 mil dólares (algo más de 6 millones 600 mil euros).
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