Paul Newman y Joanne Woodward fueron uno de los matrimonios más duraderos de Hollywood: se conocieron cuando él ya estaba casado y era padre de tres criaturas de modo que su relación nació, de modo casi premonitorio, de los cuernos que le puso a su primera mujer (cueros que con los años y cabe que al menos en cierta medida de modo inconsciente, llevó la propia Woodward); el caso es que, tras el divorcio de él, llegó la boda Newman Woodward, un matrimonio que con sus altibajos y problemas, no sólo por las infidelidades de él sino más incluso por su alcoholismo, duró hasta que la muerte los separó (la de él, en 2008... ella con los 93 años ya cumplidos, vive todavía aunque de modo inconsciente, ya no recuerda que, como esposa de Paul Newman, fue la envidia de todas las mujeres mundo porque ya no recuerda nada, padece alzheimer).
¿Y a santo de qué recordamos hoy al matrimonio Newman Woodward? Pues porque la casa que alquilaron después de casarse, su primer nido de amor oficial, acaba de salir a la venta; se trata de una casa de estilo colonial en Beverly Hills y se vende por 8 millones de dólares.
Se trata de una casa construida en 1937, cuyo último propietario ha sido la hija de Michael Crichton, que ha sufrido varias reformas tras su construcción; cuenta con cuatro dormitorios y cinco baños distribuidos en sus dos plantas y mantiene detalles realmente atractivos como las molduras decorativas, los muebles empotrados, grandes ventanales, techos altos y abovedados y suelos de madera oscura. ¿Los detalles más sugerentes de la casa? la gran chimenea de mármol negro del salón, la cocina tipo chef, la despensa con zona de vinoteca, las puertas francesas que se abren al patio exterior... Eso además el balcón privado y el vestidor del dormitorio principal (el de Newman y Woodward...), el despacho, la terraza de la azotea, piscina, spa... y por supuesto garaje independiente para dos coches.
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