Propiedades

Se vende isla deshabitada

Por 1,5 millones de euros. La Isola di Mal di Ventre, en Cerdeña.

Su nombre procede del sardo y significa 'isla del mal viento'. No le falta razón, ya que si por algo destaca la Isola di Mal di Ventre es precisamente por los cambios repentinos de viento, irregulares y muy virulentos. Situada a algo más de 9 kilómetros de la costa de Cerdeña, este pequeño trozo de tierra de apenas 2 kilómetros acaba de poner el cartel de Se vende. Su precio: 1,5 millones de euros.

Pero el que la compre, que no espere encontrar aquí una mansión con decenas de habitaciones, ni un palacio recargado y decadente propio de billonarios. De hecho, que reduzca sus expectativas a la nada, porque eso es lo que va a encontrar. No hay ninguna construcción, ni mucho menos cualquier actividad humana, en todo el territorio. Es, nunca mejor dicho, una isla desierta.

Y lleva así desde los tiempos de los romanos, ya que poco se podía hacer en ese territorio tan pequeño y expuesto (el punto más alto apenas supera los 18 metros sobre el nivel del mar) a una distancia tan cercana de Cerdeña. Además, presenta una geología granítica, de ahí su escasa vegetación y casi inexistente fauna.

Los actuales dueños, que la poseen desde 1972, la han puesto a la venta tras más de 40 años sin haber planificado ningún desarrollo urbanístico en ella. Y no porque no se pueda, ya que estudios de arquitectura de Cerdeña sí han trabajado en posibles proyectos en la isla, con una villa ecosostenible, entre otras construcciones. Lo que sí podrán hacer, como hasta ahora, es disfrutar de unas playas más que privadas de arena fina, aguas turquesas y pequeños grupos de rocas que le dan una imagen, cuanto menos, polinésica.

Actualmente, la Isola di Mal di Ventre es uno de los reclamos turísticos para los que acuden a la península del Sinis. Una excursión muy demandada es la que se realiza en barco tanto a esta como a la de Scoglio del Catalano, también deshabitada y de piedra basáltica. El objetivo, aprovechar las lagunas artificiales que se crean tanto en una como en otra para hacer snorkel, en arrecifes ricos en peces. Habrá que saber si, de venderse, los nuevos dueños querrán turistas buceando por allí...