Propiedades

Mel Gibson no consigue vender su espectacular mansión en Playa Barrigona, el paraíso en Costa Rica

Playa Barrigona es el enclave casi virgen de Costa Rica en el que Mel Gibson vende una magnífica mansión por casi 30 millones de dólares.

Costa Rica tiene mucho de paraíso, de naturaleza intensa y envolvente, cálida, rica, verde y muy de mar; Playa Barrigona es uno de esos magníficos enclaves constaricenses (en la península de Nicoya) en los que la vida parece quedarse quieta, como convertida en estatua de sal, y envuelta en una belleza tan inolvidable como indescriptible.

Cabe que esa sea la razón por la que Mel Gibson se hiciera años atrás con una espectacular propiedad que consta de tres villas y jungla privada frente a esta playa que se mantine casi virgen, tanto que a ella acuden cada año decenas de tortugas oliváceas -la más pequeña especie de las tortugas marinas- a desovar.

El caso es que ahora el actor, por razones que desconocemos, quiere deshacerse de esta propiedad y, aunque el equipo de Christie's Real Estate, lleva ya más de dos años tratando de encontrar comprador, hasta la fecha no lo han logrado; cabe que sea el destino el que mantenga esta triple propiedad en manos de Gibson o que al bueno de Mel se le haya ido la mano con el precio, por eso está de rebajas y, por primera vez desde que la puso a la venta, baja su precio de los 30 millones de dólares ¿será suficiente? no lo sabemos.

Lo que sí sabemos es que la triple mansión es un lujo del que no nos importaría disfrutar aunque fuese únicamente como huéspedes; la villa principal -Casa Guanacaste- distribuye sus espacios en dos plantas de estilo colonial español: 7 dormitorios, 8 baños, una piscina y un jardín privado; las casas de huéspedes, aun siendo más pequeñas, son también viviendas de capricho, ambas totalmente equipadas, con dos habitaciones y piscina privada.

Esta propiedad es la idea para alguien que busca esconderse del mundo sin perderse su belleza, alejarse del mundanal ruido y vivir en un paraíso, eso sí, el capricho en cuestión ronda los 30 millones de dólares y tendrás que volar hasta Costa Rica en su península de Nicoya para descubrirlo y vivirlo.

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