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Glenthorne House: la casa en la que hubieras querido vivir durante la pandemia

Glenthorne House es una casa de la época georgiana (la de Jane Austen que, digan lo que digan y lo diga quien lo diga, nunca fue victoriana).

Glenthorne House es una mansión georgiana, que es la época previa a la victoriana y debe su nombre no a un rey sino a cuatro, los cuatro George de la casa de Hannover; lo curioso de esta época es que, de algún modo, yace olvidada en la historia, superada por la magnificencia de la época victoriana como si la georgiana no tuviera nada que decir... tuvo tanto que decir que alguno de los artistas más notables de esa época suelen ser referidos, por error, como victorianos; el caso más notable es el de Jane Austen pero hay más, la época georgiana es el tiempo de Daniel Defoe y su Robinson Crusoe, la de Jonathan Swift y los Viajes de Gulliver o la de Mary Shelley y su Frankenstein por citar algunos ejemplos notables pero hay muchos más.

También en lo arquitectónico la época georgiana ha marcado estilo porque en Inglaterra no acabó de cuajar el Barroco y se volvió sobre las formas y estilos clásicos; uno de los edificios más destacados de esta época es el Royal Crescent de la ciudad de Bath pero no el único, es más, es a los arquitectos georgianos a quienes debemos el llamado jardín inglés...

La casa que hoy os presentamos, Glenthorne House, es un edificio de Grado II, algo así como un Bien de Interés Cultural y representa una muestra de arquitectura georgiana desde su paisajismo hasta su estructura; es, además, una casa de escándalo por su magnífica ubicación: sobre un acantilado, con vistas al mar, a la tierra y el canal de Bristol, rodeada de zonas verdes y boscosas que aseguran la privacidad a sus propietarios.

El interior de la casa no es menos espectacular que su exterior sino su consecuencia más directa: luce chimeneas ornamentadas, molduras, techos altos y a dos aguas, torretas, puertas de roble con arcos, escalera redonda de roble; además la casa principal cuenta con dos casas de huéspedes y ofrece en total once dormitorios, cinco baños completos, seis salones y un gimnasio.

El colmo del lujo lo encontramos en la distribución exterior: los jardines y las zonas verdes (de césped) están organizados en terrazas que dan, además, acceso directo a la playa.

¿Quién no hubiera llevado mejor el confinamiento en una casa como esta, con amplios lugares para pasear al aire libre y hasta una pequeña playa en la que tumbarse al sol o mojarse los pies? Es además una mansión prácticamente bicentenaria, construida en 1831,y magníficamente conservada... De ahí su precio de venta: 7 millones de libras que al cambio actual son algo más de 8 millones de euros.