Tal vez el amor era esto. El propio y el ajeno. Tal vez, lo que realmente sea el amor, cupido, era esta isla Blueberry. Deliciosa, es verdad, pero espectacular, mejor dicho. Tal vez sea el reducto para reconstruirse o la base para soñar. Su forma de corazón sólo le da más encanto a la isla que está rodeada de silencio, de ese que ensordece y que sólo se ve interrumpido por los pájaros. Amor, dicen, y dibujas en el papel el nombre de ese a quien cupido no vio. Y entonces te vas a esta isla que tiene Vladi en su lista de propiedades disponibles para comprar.
La cabaña está rodeada de un frondoso bosque de pinos blancos, cedros y abetos. Y peñascos que completan el paisaje testigo del paso de las grandes masas heladas de la era glaciaria… Tal vez el amor era caminar por entre los árboles y dejarse calentar, de imprevisto, por el sol que se cuela entre el follaje.
La taza caliente que atempera las manos nos espera en la cabaña de cedro que apenas se deja divisar para los que no conocen el secreto de este corazón. 165 metros cuadrados de concepto abierto, para sentir la plena libertad dentro de esta pequeña minifortaleza. Espacio privado, amor. Espacio privado.
Suelos de roble y la chimenea que se vuelve el lugar donde leer ese libro y empezar a dibujarse nuevamente hilvanando palabras. La cocina, todo un templo de sabores, para volver a digerir sólo los buenos recuerdos, está completamente equipada. Sólo una mesada amplia de roble nos divide la vista a la sala.
Ventanales para que el nuevo día se cuele rodeando el ambiente con su luz y el azul profundo del lago, tu isla, y las imponentes montañas de fondo.
Pero aquí, el refugio en forma de corazón sigue con el dormitorio y baño. También el sauna, por supuesto. Internet, por eso de que algún día habrá que volver del anonimato y todos los canales de televisión que quieras a tu disposición, a través de la señal satelital.
Pero esta tarde apetece un paseo en barco y caminando por el sendero de piedra llegamos a nuestro propio embarcadero y nuestro bote, incluido en la venta, nos espera.
Para cuando la soledad se hace mucha, este corazón pone un pie en tierra, en el lote de 125 pies de costa que mira a la isla. Tal vez sea el lugar perfecto para construir una casa a los pies de nuestra latente tierra en el medio del lago.
Amor, propio y ajeno. En la isla Blueberry de Canadá.
En un medio de un idílico y precioso lago de origen glarciar, esta pequeña isla con forma de corazón está situada a 45 minutos al norte de Montreal, en las montañas Laurentian. Cuenta con una cabaña de 165 metros cuadrados completamente equipada que data de 1975 pero renovada en el 2005, con unas espectaculares vistas del lago y las montañas. En su interior encontramos una habitación con una litera más, una cocina completamente renovada y equipada con todas las comodidades, un completo baño y hasta sauna. Calefacción, agua caliente, teléfono, conexión a Internet y una chimenea. A la isla se puede acceder por barco, para lo que además de una preciosa playa natural dispone de un embarcadero. En el precio se incluye una lancha de 16 pies con un motor de 15 caballos.
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