El fabricante italiano de coches de lujo Ferrari, que saldrá a cotizar en la bolsa de Nueva York a finales de este año, analiza la posibilidad de designar a Sergio Marchionne como máximo responsable ejecutivo (chief executive officer) de la compañía del Cavallino Rampante, cuando Amedeo Felisa se retire del cargo en los próximos meses. Felisa que cumplirá 69 en octubre ha estado planeando su retiro desde hace tiempo. Marchionne, que a su vez es CEO de Fiat Chrysler Automobiles, compañía propietaria de Ferrari, podría asumir la responsabilidad total en la división.
Felisa mantendría una función de asesoramiento, señalaron fuentes cercanas. Las negociaciones sobre el reemplazo de Amedeo Felisa están en marcha pero no se ha tomado de momento ninguna decisión definitiva. Ferrari se ha negado hasta la fecha a hacer declaraciones. La marcha de Felisa, un ingeniero que ha estado trabajando en Ferrari desde 1990 y que fue nombrado CEO en 2008, “podría marcar el final de una era, ya que tenía más de 40 años de experiencia en la industria de la automoción", señaló Ferrari en los documentos de salida a bolsa publicados el pasado 23 de julio.
Erik Gordon, profesor en la Ross School of Business de la Universidad de Michigan, asegura que Sergio Marchionne tiene el ego, la confianza y la capacidad suficientes como para ocupar el cargo de máximo responsable ejecutivo de Ferrari, “Para él, las normas no significan nada”, aspostilla Gordon.
Fiat Chrysler venderá el 10% de Ferrari en una oferta pública inicial prevista para octubre como parte de un plan destinado para recaudar dinero para la sociedad matriz ítalo-americana. A comienzos del próximo año, Fiat Chrysler distribuirá su participación restante del 80 por ciento de Ferrari a los inversores, independizando al fabricante de los exclusivos coches del Cavallino Rampante.
Piero Ferrari, miembro de la familia fundadora, proyecta mantener el 10% restante. Marchionne ha señalado que Ferrari tiene un valor que supera los 10.000 millones de euros, más de la mitad del valor de mercado de Fiat Chrysler. El ejecutivo tiene la firme intención de convertir a Ferrari en una marca de lujo a la altura de Prada o Hermès.