Hace un año Richemont anunciaba resultados notablemente positivos -con un crecimiento del 4%-, unos datos que se recuerdan hoy con cierta nostalgia ante los correspondientes a los primeros 5 meses de su año fiscal 2016 -que comenzó el pasado 1 de abril-: el grupo del lujo por excelencia anuncia un decrecimiento en sus ventas del 13% y anticipa que no se espera que puedan mejorar en las semanas que faltan para cerrar el primer semestre del año.
Y es que la caída global es de un 13% pero en Europa alcanza el 18% -Francia pone el punto negativo mientras que el Reino Unido, tras la caída de la libra, arroja un saldo positivo- y hasta el 25% en Japón, en América el comportamiento del grupo resulta menos dramático y cae un 6% -la caída se concentra en el segmento de los relojes, la joyería se mantiene en positivo-, en Asia-Pacífico (excluído Japón), la caída esdel 9% y en Oriente Medio y África es por su parte de un 10%.
Si analizamos los datos por línea de negocio, la foto que resulta no es más positiva, a nivel joyería la caída en ventas ronda el 15% y en relojería el 18%; el retail cae un 6% y las ventas mayoristas hasta un 21%. Los negocios Richemont ajenos a la joyería y los relojes -representados principalmente por Montblanc, Chloé, Azzedine Alaia y Peter Millar- arrojan un saldo positivo con un crecimiento en ventas del 3%.
El próximo 4 de noviembre, Richemont publicará los datos del cierre del primer semestre del año pero anticipa ya que no serán positivos, la firma Suiza hace notar que el entorno adverso para las firmas del lujo no va a mejorar a corto plazo pero augura, por su buen posicionamiento, una recuperación importante a medio/largo plazo.