El pasado viernes Prada hacía públicos sus resultados correspondientes al primer semestre del año 2016, se trata de unos resultados que castigan especialmente a la firma italiana porque dejan sus ventas netas un 13% por debajo de la cifra alcanzada en el mismo periodo de 2015.
La caída en ventas de Prada se concentra especialmente en Europa y Estados Unidos, en ambos casos debido, principalmente, al descenso en el número de turistas, sólo el Reino Unido salva en parte sus resultados porque, tras el impacto del Brexit en los tipos de cambio, los resultados en este país arrojaron mejores cifras.
Las ventas netas del primer semestre del año alcanzaron, aun a pesar de su descenso respecto al año pasado, los 1.554 millones de euros; los resultados positivos llegan de Rusia, donde Prada muestra un crecimiento a doble dígito, y también de Mexico y Brasil. Los resultados en Asia-Pacífico, sin Japón, han sido también negativos y caen entorno al 18% mientras en el país nipón moderan esa caída pero arrojan igualmente un saldo negativo respecto al año pasado, caen un 9%.
Es nuevamente en retail -venta al por menor- donde se concentran las pérdidas y es que es en este segmento donde se nota más el impacto que supone el descenso de los flujos turísisticos que han sufrido países como Francia, además del hecho de que concentra la mayor parte de las ventas de las firmas de lujo, también de Prada.
Patrizio Bertelli -CEO de Prada- ha perfilado ya la estrategia de la firma italiana para intentar mejorar los resultados de este primer semestre: están inmersos en una re-estructuración que puede suponer el cierre de algunas boutiques que no se consideran estratégicas y cuyos resultados están siendo modestos sino negativos y se mira como camino de futuro hacia el e-commerce. Además también se está haciendo una profunda revisión de la política de precios por mercado para caminar hacia una armonización en precios.