Phillip Guarino de Luxury Society analizaba en una reciente editorial que muchas compañías de lujo dan por hecho que la moneda china continuará siendo estable, algo que se pone cada día más en duda. Un Euro más débil ha conseguido que el diferencial de precios entre Europa y China haya aumentado aún más. Los artículos en algunos casos los eran un 60% más caros en China que en Europa.
Chanel anunció el pasado mes de marzo que iba a aumentar los precios un 20% en Europa y rebajarlos otro tanto similar en China, esto desató especulaciones de que muchas otras marcas podrían seguir su ejemplo.
Prada posteriormente bajó los precios en China, pero decidió mantenerlos sin cambios en Europa debido a la débil demanda interna. Burberry ha señalado querer hacer un cambio inminente similar al de Chanel y afirma que esta manteniendo una estrecha vigilancia sobre las variaciones del tipo de cambio.
La mayoría de las compañías sin embargo han sido más cautelosas. El conglomerado de lujo francés Kering ha decidido esperar y ver, mientras que LVMH ha afirmado categóricamente que los tipos de cambio unificados no permiten flexibilidad para las marcas de lujo.
China aún dispone de enormes cantidades de activos, pero la estabilidad absoluta de su moneda no puede ser garantizada de ninguna manera ya que existen riesgos tales como una potencial burbuja del mercado inmobiliario, una desaceleración de la economía o rumores de un aumento de fuga de capitales. Una devaluación del yuan podría tener repercusiones tremendamente negativas para las empresas de lujo, en particular para las que ya están establecidas en China.
Pero la pregunta más importante es si una reducción de precio en China va a estimular la demanda local, aún así es poco probable que esto vaya a cambiar el comportamiento del consumidor chino y su inclinación por comprar lujo en el extranjero.El precio es únicamente uno de los muchos factores que impulsan las decisiones de compra de los chinos.
El servicio, la confianza, la experiencia y el prestigio son los principales condicionantes que conducen a los consumidores chinos a querer comprar las marcas en sus países de origen. Incluso con un aumento de precios del 20% en Europa o una disminución del 20% en China, son múltiples los factores que hacen más atractivo para los consumidores chinos comprar en el extranjero. Bajar los precios incluso podría llegar a ser contraproducente, ya que podría erosionar el valor de una marca.