La joyería de lujo es uno de los sectores que ha sufrido una transformación más radical en los últimos tiempos. Con un público mayoritariamente femenino, la alta joyería ya no disfruta del auge de antaño, cuando cada semana se organizaban bailes en los salones de palacio, las mujeres vestían con miriñaque y portaban verdaderas joyas de arte en sus manos, cuellos, orejas y cabeza.
El devenir de los tiempos ha traído una vida más acelerada, con más confort, avances tecnológicos y viajes a la Luna, pero también una manera diferente de llevar las joyas. Este cambio supone un reto para los fabricantes, que tienen que amoldarse y, al mismo tiempo, seguir ofreciendo piezas exquisitas. Se trata, además, de un problema que no tienen otros sectores de la industria del lujo. Porque, una vez que los diseñadores han hecho su trabajo, los fabricantes de joyas se encuentran con que la materia prima sobre la que actúan es mucho más rígida y su tratamiento mucho más complejo. De ahí que sea necesario un verdadero esfuerzo de equipo en el que la técnica, la precisión, el diseño, el modo de ensamblaje, etc., evolucionan armónicamente hasta fabricar piezas únicas que sorprenden a los clientes más exigentes, y siguen siendo, casi, obras de arte.
En este esfuerzo por innovar hay quien busca la inspiración en los pueblos y civilizaciones que tradicionalmente rindieron culto al lujo, como la colección de Boucheron, la casa que fabricaba joyas para zares y reyes, inspirada en la India, país del que se suministra las mejores piedras preciosas desde 1909. Otras casas siguen la estela de Coco Chanel quien quería que la mujer luciera estrellas en su cuerpo, y así, Noor Fares, Sophie Bille Brahe o Anita Ko, han diseñado sus nuevas creaciones representando constelaciones y astros.
Pero si hay una colección que trata de ir más allá, es la de Mattia Cielo, hijo de los joyeros Cielo Venezia 1270, uno de los grupos más importantes de Italia, quien ha diseñado una colección dinámica, que se mueve cuando lo hace el cuerpo humano jugando con la luz y el ambiente. Se trata de una colección que añade a los materiales y joyas más exquisitos, la más avanzada tecnología para que cada pieza sea ergonómica, y tenga vida propia. Sin duda, la vanguardia de la joyería de lujo.