Las nuevas tecnologías, la hiper conectividad, la invación de redes sociales, no han dejado de lado el universo de los medios de pago. Muy al contrario, las nuevas formas de financiación han provocado en los bancos tradicionales la necesidad de cambiar su estrategia de marketing, sus hábitos y, en ocasiones, se han visto forzados a "educar" a los clientes más reticentes al cambio.
Pero ese no es el único aspecto en el que la revolución tecnológica está afectando a la economía y, en concreto, al mundo del lujo. Efectivamente, en los últimos años, están apareciendo star ups dedicadas a la financiación online. De la misma forma que empresas como Whatsapp, AirBnB, Uber, Spotify o Buzzfeed han dado la vuelta como un guante a su sector, hay nuevas empresas que permiten también a los millonarios, plantearse nuevos medios de financiar sus compras, inversiones, y sobre todo, su ocio.
Las ventajas de estas nuevas alternativas son claras: la flexibilidad, rapidez y reducción de costes por desintermediación. Todas ellas ventajas para el cliente que los modos más tradicionales no pueden ofrecer. Desde el "nuevo dinero" como el bitcoin, la nueva forma de préstamos P2P (peer-to-peer), también llamados prestamistas de mercado, pasando por las empresas dedicadas a facilitar el ahorro, a proporcionar información en tiempo real sobre inversiones en el móvil del inversor, las transferencias internacionales de dinero, colaboran a que el mundo de las finanzasempiece a vislumbrar el futuro. Como expresaba Mark Carney, el gobernador del Banco de Inglaterra en la reunión de Davos del 2015, el sistema bancario internacional es cada vez más vulnerable a incursiones similares a Uber. Y este terremoto no está dejando de lado el sector del lujo.
El ocio de lujo se rastrea en internet y se financia sobre la marcha, desde el móvil. Solamente hace falta una conexión a internet y la fidelización de clientes en hoteles y tiendas de lujo, las compras, reservas, etc. se materializan mediante PayPal y, en los próximos años, también gracias a otras empresas de servicios financieros (préstamo, ahorro, emisión de moneda) que, tradicionalmente venían desempeñando los bancos tradicionales, sometidos al corsé de la tradición y lastrados porlas regulaciones internacionales.