No es fácil atraer a los turistas cuando un territorio no tiene acceso a la costa o en las montañas. Para superar ese obstáculo la imaginación debe combinarse con el pragmatismo. En la región de Limousin se han decantado por promocionar aquello que saben hacer mejor: los oficios del lujo. Para traer los amantes del lujo a la francesa de todo el mundo, la región de Limousin ha creado una estrategia en torno a las fuentes de lujo. El comité regional de turismo (CRT), emanación asociativa del consejo regional, lidera la campaña. Al igual que en 2014, la captación del público se centrará en los medios de transporte. Y más exactamente en las estaciones parisinas, en las que, durante la primera semana de abril, tendrá lugar el punto culminante de esta campaña.
Al elegir lujo, CRT espera distinguirse por la originalidad del concepto, en una zona rural, sin duda, pero no sin el orgullo de este sector. El reclamo del lujo basado en el trabajo de maestros del cuero y la tapicería donde destacan las fábricas de guantes de Saint-Junien, o la empresa Chapal en Creuse, y la tapicería de Aubusson, también deja espacio para la famosa porcelana y los esmaltes de Limoges, destacando la casa Bernardaud, que organiza excursiones a su fábrica durante todo el año.
Por otra parte, la alta costura de la zona de Limousin tiene la oportunidad de abrir un espacio de venta parisino en las estaciones más frecuentadas y mantener sus fábricas de Creuse, Crocq o Limoges. Los profesionales fueron consultados, sobre todo, durante la preparación de la campaña, gracias a la red Luxe et Excellence, que reúne a 18 empresas del lujo de la zona, lo que representa casi 500 empleos artesanos y 44 millones de euros de volumen de negocio.
Una solución imaginativa que promociona tanto una región si el atractivo turístico tradicional, como un sector, el del lujo, que puede actuar de motor de la economía.