En todos los mercados, los precios actúan como señales para compradores y vendedores. El grupo Burberry, siguiendo la estela de otros grandes de la moda de lujo como Chanel, se propone adecuar sus precios a la nueva relación de fuerzas entre Oriente y Occidente.
El detonante ha sido la caída del euro. Aunque es cierto que los precios actúan como señales del mercado, a veces las políticas monetarias de los gobiernos, desencadenan subidas o bajadas de las diferentes divisas (en este caso el euro) respecto a las demás (el dólar, el yen japonés y el renminbi chino) afectando a los precios de los bienes europeos en el extranjero. De esta manera, las políticas de la Unión Europea a través del Banco Central Europeo han debilitado al euro frente a las demás monedas, de manera que, al público chino, por ejemplo, le merece la pena comprar bienes aquí y revenderlos en su país. Para evitar este fenómeno que no beneficia ni a los oferentes europeos ni a los consumidores chinos, varias empresas del sector del lujo están subiendo los precios en Europa y bajándolos en China.
Así han actuado Chanel, Patek Phillipe o Richemont y, al parecer, ahora también la prestigiosa marca inglesa Burberry. "Siempre mantenemos nuestro posicionamiento de precio de mercado frente a nuestros competidores inmediatos", afirmaba Carol Fairweather, directora financiera de Burberry el miércoles pasado. Burberry tiene como objetivo concreto Hong Kong que representa el 10 por ciento de las ventas y donde los turistas constituyen el 80 por ciento de la base de clientes. Al parecer, los beneficios cayeron localmente hasta "un solo dígito" en la segunda mitad del 2014.
Esta política de precios pretende reforzar la senda de crecimiento de las ventas del grupo a nivel global.