El mercado cosmético comenzó el año 2016 expectante ante lo que Ronald Perelman -uno de los billonarios más ricos del mundo... concretamente el número 78 según la lista Forbes- hacía con Revlon, la firma que viene presidiendo y dirigiendo desde hace décadas. Se habló de compras y ventas, incluso de la venta de la propia firma de Perelman pero lo cierto que la noticia ha llegado hace pocos días, el pasado viernes se hacía pública la compra de Elisabeth Arden por parte de Revlon, Perelman no sólo no sale del mercado cosmético sino que apuesta más todavía por él.
La operación se ha cerrado en un acuerdo según el cual Revlon adquirirá todas las acciones de Elisabeth Arden a 14 dólares la acción -cuando al cierre de la bolsa el pasado día 16 el valor de sus acciones no alcanzaba los 10 dólares por acción-, lo que eleva el valor de la compañía hasta los 870 millones de dólares. Con este acuerdo Perelman espera lograr un aprovechamiento efectivo de las innegables sinergias que se producen de la fusión de dos compañías de esta envergadura, tanto a nivel de penetración en los diferentes mercados en los que ambas o una de ellas opera ya y también en cuanto al ahorro de costes, de hecho se ha valorado que el ahorro por la optimización de los costes puede alcanzar los 140 millones de dólares.
Revlon, dentro de la amplia gama de productos cuya oferta incluye maquillaje, es una firma de referencia en el mercado del cuidado del cabello mientras Elisabeth Arden lo es también en el mundo de las fragancias, la primera opera en 130 países mientras la segunda tiene en Asia-Pacífico -talón de Aquiles para Revlon- uno de sus principales mercados; éstos son sólo algunos de los puntos en los que la complementariedad de ambas compañías avala la operación por la que ambas serán una.