El pasado 31 de marzo el Reino Unido cerraba su año fiscal y daba paso al consiguiente cierre de ejercicio por parte de las compañías con base en las islas británicas; una de esas compañías es Burberry, que hace pocos días ha confirmado que su cifra de negocio -su resultado- cayó un 1% en el segundo semestre del pasado curso fiscal -el que va de octubre a marzo, ambos meses incluidos-.
Si bajamos al detalle y tratamos de desglosar lo que se esconde tras ese 1% de cifra de negocios perdido, veremos como, en general, tanto por línea de negocios como por área geográfica, la situación de Burberry permanece estable, compensando la caída en los mercados más maduros con un sutil crecimiento en Asia-Pacífico o la ligera caída en las ventas de las colecciones de hombre y mujer con un incremento, también discreto en las ventas de su línea infantil, en la de complementos y más claramente en la de belleza; el talón de Aquiles actual de Burberry está en los ingresos que le reportan sus licencias -sus derechos sobre el uso de sus marcas-, la caída de ingresos en esta partida ronda el 50% respecto al ejercicio anterior aunque se concentra en Japón y se trata de una situación prevista en el presupuesto de la firma británica.
Christopher Bailey ha advertido que el entorno internacional es retador para las firmas relacionadas con el lujo y ha anticipado la continuidad de su estrategia basada en la contención de los costes, la búsqueda de la eficiencia y la innovación.
A la compleja situación macroeconómica internacional, se suma la ya anunciada reducción de los ingresos por licencias que ha impactado ya en los datos del primer trimestre del año y seguirá haciéndolo de aquí en adelante aunque ya en menor medida -este caída se debe exclusivamente a las licencias de Japón-.
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La cifra de negocio de Burberry en el segundo semestre del año fiscal británico fue de 1410 millones de libras, un 1% inferior al ejercicio anterior.
Las ventas al por menor se mantuvieron respecto al ajercicio anterior y ascencieron a 1064 millones de libras.
La caída en ingresos por el fin de las licencias de la firma en Japón ha ascendido a 16 millones de libras.