Se trata de la provisión global de sistemas complejos e integrados de energía y de provisión de servicios a los mercados de sistemas de alimentación en la industria aeroespacial y marina. Dispone de dos plataformas tecnológicas fuertes: las turbinas de gas y los motores alternativos.
La estrategia de la empresa a largo plazo y coherente con sus objetivos, ha visto doblar los ingresos y multiplicar por cinco el beneficio subyacente en la última década.
Su cartera de pedidos proporciona una excelente proyección del crecimiento futuro con grandes oportunidades para mejorar los márgenes y el flujo de caja. Uno de los puntos fuertes de la empresa son los acuerdos de servicios a largo plazo, que pretenden impulsar la eficiencia operativa en los servicios de posventa en función del tiempo y de materiales frente a los negocios tradicionales .
Un 42% del grupo se destina al negocio aeroespacial civil, un 17% a la defensa aeroespacial, un 18% a sistemas de alimentación, un 16% a transporte marítimo y un 7% al sector energético.
El pasado año la demanda sobre pedido aumentó un 19% hasta alcanzar más de 70 mil millones de libras esterlinas. El beneficio subyacente aumentó hasta superar los 15 mil millones de libras, ollepartidos en un 53% correspondiente a equitación original y un 47% cuyo origen fue la provisión de servicios.
La estrategia empresarial se centra en la sostenibilidad de la empresa, y eso significa obtener beneficios pero asegurando un impacto positivo en términos económicos, sociales y medioambientales. En ese sentido la inversión en investigación y desarrollo y la innovación, en general, son cruciales. Y seguirán siéndolo cuanto más se centre la estrategia de la empresa en el esfuerzo por mejorar la calidad y rendimiento de los sistemas y servicios de alimentación. Como el Trent XWB, por ejemplo, que ha demostrado ser el gran motor de aviación civil más eficiente del mundo.
Y sustentando a vanguardia tecnológica y la innovación, las claves de la casa siguen siendo las tres C: clientes, coste y concentración. Es decir, colocar al cliente en el corazón de la organización, comprender sus necesidades, cumplir las promesas que se le hacen; mejorar la rentabilidad y la estructura financiera de la empresa; tomar decisiones responsables respecto a la estrategia de crecimiento, el dónde y el cómo.