Como en el caso de los metales preciosos, la razón de que el mercado del crudo sea un referente a nivel mundial es doble: por un lado, es un depósito de valor y por otro es un producto energético vital para el consumo social y para las industrias. Los principales productores son Estados Unidos en el continente americano, Rusia en Europa y Arabia Saudí entre los países de la OPEP, cada uno de los cuales produce alrededor de un 10% de la producción mundial.
De esta forma, cuando la previsión del precio futuro es al alza habrá inversores dispuestos a comprar crudo, y viceversa. La medida de esta cotización es el precio de barril de Brent. El Brent es un petróleo ideal para la producción de gasolina. Se suele refinar en los países de Europa Noroccidental, pero cuando los precios de mercado son lo suficientemente bajos para exportarlo, las refinerías del área mediterránea y la costa este de EE. UU. también lo procesan. Este tipo de petróleo es de los más pobres con respecto a su poder calorífico y es conocido como petróleo dulce por ser liviano.
Por otro lado, un precio elevado del crudo implica que los costes de producción industrial están altos y por tanto puede afectar a las cotizaciones de las empresas más dependientes del petróleo.