“We are delighted to welcome Charlotte Casiraghi into the Montblanc family. She perfectly represents the Bohème lady of today, with her charming combination of style and substancie. Her beauty allure and carisma are matches by her fascinating personality and her many accomplishments, from sport to business or philanthropy. She displays all the attributes of the contemporary Bohème lady: independent, sophisticated, inspired, talented and pioneering with an uncompromising commitment to perfection in everything she does”
Estas fueron las palabras con las que Jérôme Lambert, CEO de la firma de relojes, artículos de escritura, joyas, piel, fragancias y gafas de sol, anunciaba que Charlotte Marie Pomeline Casiraghi, más conocida por nuestros contornos geográficos, como Carlota Casiraghi, sería la nueva embajadora de Montblanc para su colección Bohème.
Sofisticación, talento, e independencia, figuraban en el listado de cualidades que la firma del monte blanco establecía para su nueva embajadora. Y tras esas exigencias hoy encontramos a la segunda hija de Carolina de Mónaco y nieta de la Princesa Grace, que también fue imagen de la marca en 2011, tras una colección que incluía joyas, relojes e instrumentos de escritura, que llevaba su nombre.
Y así a sus 28 años, y aún sin trascender ninguna imagen, Carlota vuelve a ponerse delante de un objetivo, para ser embajadora de una marca, como ya lo fuera para Gucci, la firma italiana de ropa, perfumería y complementos.