Si alguien domina el ser fetiche del zapato esa es sin duda la tradición italiana, cierto es que tenemos soberbios zapateros de orígenes diversos como el malayo Jimmy Choo o el francés Louboutin y no menos cierto que el arte del calzado tiene también una intensa y bella tradición en nuestro rostro Mediterráneo, especialmente en Alicante, pero Italia ha sabido llevar la vanguardia elegante que domina sus colecciones de moda también a los zapatos convirtiendo sus campañas en todo un espectáculo.
Espectáculos como el que nos regala Le Silla cada temporada, también y más si cabe, el próximo otoño.
Le Silla juega con una lógica que resulta falsa, desnuda su campaña de todo tejido para dejar a los zapatos como únicos protagonistas deleitándonos así con unas imágenes de gran belleza plástica... en las que resulta imposible abstraerse de la desnudez de la modelo, de lo soberbio de sus tacones y del azul eléctrico de su fondo, ahí la trampa.
El azul se reafirma así como color de invierno, más que de otoño, y Le Silla lo elige para su fondo de campaña porque ejerce de lienzo perfecto en el que el negro y el rojo de sus zapatos despliegan su magnetismo, el magnetismo de un fetiche.
Vuelven las botas de caña infinita, los tacones finos y trabajado y en enrejado para decorar los empeines más seductores, vuelve Le Silla con la sofisticación, elegancia, vanguardia y belleza que le son tan propias como la piel y la incontestable calidad de su manufactura.
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