El girocóptero es una aeronave cuya propulsión se realiza mediante una hélice –como un avión-, pero su ala es un rotor –como un helicóptero- que gira libremente por la acción del viento relativo que la atraviesa. Es un híbrido que a nosotros nos gusta llamarlo autogiro, como lo bautizó el que lo inventó, Juan de la Cierva. Ahora están de moda.
El autogiro The Helicycle es una motocicleta de tres ruedas que se convierte en un autogiro de dos plazas en diez minutos. El fuselaje de la aeronave está fabricado con titanio, aluminio y fibra de carbono. La propulsión la realiza un motor de cuatro cilindros y algo más de 230 CV capaz de impulsarla, ya sea en tierra o en el aire, a 180 km/h.
Cuando es una motocicleta, acelera de 0 a 100 km/h en menos de 8 segundos y cuenta con un sistema patentado de inclinación que le proporciona la agilidad y la seguridad de una moto de tres ruedas. Cuando te dispones a volar, el propulsor, el rotor y los dos timones están preparados en 10 minutos. Como buen autogiro que es, el rotor no necesita energía, sino que gira -y por tanto, sustenta por la diferencia de presión del aire en cada cara del ala- como resultado el movimiento hacia adelante.
The Helicycle está diseñado para cruceros a baja altitud por debajo de los 4.000 pies, y para pilotarlo se necesita un título oficial que te habilite para pilotar aviones ligeros y autogiros -y en España, motocicletas de gran cilindrada-. Para despegar tan sólo necesita una pista de 540 metros, aunque puede aterrizar en 100 metros. Su tanque de 102 litros permite una autonomía de vuelo de 220 kilómetros. Como resulta ideal para un tranquilo día de excursión para quienes dispongan de 395.000 dólares, aunque lo sabemos, no vamos ni a plantearnos cuanto puede planear ni a donde puedes llegar por una carretera.
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