Hace tiempo que nuestra vida está cada vez más ocupada con mil y una cosas que hacer. Y entre tanta agitación, surgen movimientos que nos ilustran de la mejor manera cómo pasar de sexta a segunda, y vivir igual y mejor.
Son odas a la lentitud, a la calma y a la búsqueda de un bienestar personal, que nos han obligado a preguntarnos sobre lo que comemos, cómo nos movemos, cuánto tiempo trabajamos, o qué ejercicio hacemos, y así reflexionar sobre el ritmo de vida que llevamos.
Al final estamos hablando de conseguir un equilibrio entre lo físico y lo emocional, el clásico “cuerpo y mente”, que terapias naturales como el yoga le han sacado el máximo partido.
Y un buen lugar para conseguir este bienestar emocional, mental, espiritual y físico es el OM Yoga Estudio situado en la Plaza de Ópera en pleno centro de Madrid.
Allí Daniela, con formación en Reino Unido, Francia, España y California, ha creado un lugar en el que salir del mundanal ruido y conectar con esa parte nuestra más interna, a través de varios estilos de yoga.
Así el Anusara, Ashtanga, Hatha e Iyengar, se suman a otras técnicas más novedosas como las aplicadas a deportistas y practicantes de surf y skate, el Aerial Yoga con posturas en suspensión utilizando una hamaca elástica sujeta en el techo, o el Wall Yoga.
Esta última modalidad, traída por Daniela desde Los Ángeles, hizo que OM Yoga fuera el primer centro de España en ponerla en práctica. El uso de la pared y de las cuerdas logran que la columna quede perfectamente alineada, incluso después de la primera clase.
Una hora y 20 minutos de estiramientos, respiración pausada y posturas bien supervisadas, que consiguen que el cuerpo quede en un estado de relax digno de experimentar. La mejor manera de empezar a poner en práctica el clásico “mens sana in corpore sano”.
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