La primera vez que probé un vino de Habla me había dejado arrastrar por la serigrafía de su botella que rezaba en una simple línea vertical "Habla del silencio". Aquel diseño acabó en la cesta de la compra de una tienda gourmet y luego en la mesa de una cena entre amigos. Aquel Habla y aquella cena le abrieron la puerta al Nº 6, y al Nº1, con idéntico resultado, gusto, placer.
A 6 kilómetros de la maravillosa e histórica ciudad de Trujillo, en Cáceres, el edificio de cristal y cobre de Bodegas Habla se extiende sobre un vergel de vides de 8 variedades de uvas, 6 tintas, 2 blancas, con los que se elaboran sus originales vinos, únicos por su calidad y creatividad, sus notas, su boca… Y junto a las bodegas la hacienda Dehesa de la Torrecilla, una moderna explotación agrícola-ganadera de 1000 hectáreas con una de las mejores y más premiadas yeguadas de un centenar de Pura Raza Española además de una colección de carruajes de museo y la mejor ganadería de España de la raza vacuna limousine y una cocina excepcional.
De la suma de estas tres cosas sólo podría salir algo interesante, una excursión, una escapada a degustar in situ el Habla Nº9 - Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot- 'serio y lento en su expresión con notas de campo y humo', el Habla Diez -100% Syrah- 'aterciopelado, exuberante y sofisticado', y el sencillo pero indiscutible Habla del Silencio -Syrah, Tempranilla y Cabernet Sauvigno- de 'aroma a café con leche y licor de cereza, suave, fresco', vivo, el vino Prèt-á-porter insignia de la bodega. Y luego a la Dehesa de la la Torrecilla y a Trujillo y … Pero teniendo en cuenta las condiciones exclusivas de cada visita a Bodegas Habla: grupos de no más de 8 personas entre los que no puede haber menores de edad. El coste del recorrido por las bodegas y los viñedos, incluída la degustación, es de sólo 14€. El resto, comer en los salones de la Dehesa de la Torrecilla su cocina creativa de aromas y sabores de la tierra.
Perfecta escapada de fin de semana a una tierra de conquistadores llena de historia, de sabores, de olores… y si te lo impide una cena, siempre tendrás un Habla del que disfrutar.
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