Si no te apañas con las planchas y los rulos te parecen herramientas prehistóricas, tienes que probar Termix C.Ramic. Es un cepillo redondo de los de toda la vida. Ya sabes, eliges el diámetro en función de lo largo que tengas el pelo y lo usas enrollando el mechón según el efecto que quieras obtener: liso, con las puntas hacia afuera, con las puntas hacia adentro, con volumen en las raíces... Entonces, te estarás preguntando, ¿qué tiene de novedoso? Pues que el tubo (el espacio del que salen las cerdas) está recubierto de cerámica. Este recubrimiento acumula calor, lo mantiene bastante tiempo y lo reparte de forma uniforme. De esta manera, el tiempo de secado que precisa el cabello es mucho más corto y el acabado que consigues es mucho más bonito.
Antes de usarlo, sécate un poco el pelo marcando tu peinado con los dedos. Y cuando termines, quítale los pelos que hayan quedado enganchados y procura limpiarlo con frecuencia con jabón y agua. El Termix cuesta 11,50 euros y lo venden en peluquerías.